Desde luego, la primera tiene que ver con el impacto que ello conlleva para los más de un millón y medio de personas que diariamente lo utilizan y las diferentes protestas que se generaron.
Viejo coslpel de Subterráneo |
Recuerdo de chico, viajar a Buenos Aires con mi padre (soy de Ramallo a unos 200 km, en aquel entonces ello equivalía a "viajar al exterior"!) y como cualquier niño asombrarme por la posibilidad de andar en "ese tren bajo tierra".
El pasaje se vendía a traves de cospeles, que como pequeñas monedas se colocaban en los viejos molinetes, a los que debo confesar, siempre miré con algo de temor.
Bastante más adelante en el tiempo, trabajando en Capital, suelo utilizar el subterráneo de manera esporádica y para ello siempre tengo a mano una tarjeta Subtepass con la banda magnética que contiene 10 viajes.
Tarjeta Subtepass |
Paralelamente se venía utilizando para algunos servicios de transporte, y otras actividades como quioscos y hasta peajes, la tarjeta Monedero.
Si bien todas estas alternativas permitían y permiten (las últimas tres) como mencionaba, el uso del servicio de transporte, tienen una lógica diferente.
En efecto, mientras que con el cospel y la tarjeta subtepass estamnos "comprando viajes", en la tarjeta SUBE y con mayor razón en la Monedero, lo que compramos es "crédito" para aplicar a la compra de viajes y otros elementos.
Tarjeta SUBE |
Si un usuario precavido contaba con una provisión de cospeles o tarjetas Subtepass en su poder, un aumento del costo del viaje no le genera un perjuicio inmediato. Más bien recibe una "externalidad positiva" derivada de la utilización de un servicio más caro, a un valor anterior.
Pero si el mismo usuario, tuviera crédito disponible en las tarjetas SUBE o Monedero, queda automáticamente incluido en el aumento del boleto y ahora ese mismo crédito le permitirá efectuar menos viajes.
El cospel o la tarjeta de viajes, podían desempeñar un rol secundario de "inversión", o reserva de valor, no así las nuevas tarjetas.
Aviso de reventa de tarjetas Subtepass a $2 |
En tren de recordar, algunos tendrán presente las fichas de teléfono, doradas para llamadas locales y plateadas y mas grandes para las de larga distancia, que se vendían para la telefonía pública, cuando existía ENTel y en los primeros años post - privatización (había un personaje de Gasalla que como gran novedad hacía una publicidad de Telefónica, que con sus "nuevos teléfonos públicos modulares, aceptaban monedas de curso legal"!).
En escencia, aunque a primera vista pudiera parecer lo contrario, estas fichas se comportaban de una forma mas cercana a las tarjetas SUBE o Monedero que sus primos los cospeles, pues representaban un "credito" para hablar.
Ficha teléfono para llamadas locales |
Pero esta similitud de "dinero virtual" que emparenta las viejas fichas con las nuevas tarjetas, admite un inciso que las diferencia de manera decisiva: El soporte sobre el que funcionan.
Mientras que el soporte del crédito en el caso de las fichas teléfonicas era "bobo", las tarjetas son por asi decirlo, mas "inteligentes".
En efecto, el aumento en la telefonía pública se concretaba mediante un aumento en el valor de la ficha, pero el teléfono era incapáz de diferenciar una ficha de teléfono comprada antes de un aumento de tarifas de otra posterior, como para ajustar el tiempo de uso.
Por ende, si bien el equivalente en "credito" (es decir el dinero que debí pagar por ellas) de una y otra eran diferentes, ambas otorgaban las mismas prestaciones, de modo que se beneficiaba el "previsor" que las había comprado antes y más baratas.
La nuevas tarjetas han evolucionado y ahora, almacenan dinero virtual, que lamentablemente para nosostros al igual que el dinero físico, sufre las devaluaciones derivadas del aumento de los precios.
Volvé cospel, te perdonamos!!
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